El
país
MARI LUZ PEINADO México 26
MAR 2014 - 06:20 CET
Cuando un estadounidense
acude a un concesionario a comprar un coche - ya sea de la alemana Volkswagen,
de la japonesa Nissan e incluso de una empresa estadounidense como Ford - hay
muchas posibilidades de que el auto que está adquiriendo no sea ni alemán, ni
japonés ni estadounidense, sino mexicano. Y cada vez más. México está a punto
de convertirse en el segundo exportador mundial de coches a Estados Unido por
delante de Japón y solo superado por Canadá. Aunque nadie sabe por cuánto
tiempo se le resistirá el primer puesto de la lista. La pujanza de la industria
automotriz mexicana ha hecho que los analistas pronostiquen que a lo largo de
2015 pueda convertirse en el primero. La principal explicación: el Tratado de
Libre Comercio.
Los ingresos por las
exportaciones de coches casi duplican los de la venta de petróleo
México se ha convertido en
una potencia de la industria automotriz en los últimos veinte años y es el
octavo fabricante a nivel mundial. En 1994, el año en el que entró en vigor el
acuerdo que eliminaba los aranceles entre los tres países de América del Norte,
México fabricó 1.055.221 autos. Dos décadas después, en 2013, la cifra alcanzó
los 2.933.465; casi el triple.
La cercanía a EE UU, las
facilidades para importar desde el norte las piezas para montar los autos y una
mano de obra más barata hizo que las fábricas - también las estadounidenses -
se instalaran a este lado de la frontera. “Un vehículo mexicano que se exporta
a EE UU tiene un 40% de valor y contenido de ese país. El Tratado de Libre
Comercio ha sido un ganar-ganar para todos”, explica Eduardo Solís, presidente
ejecutivo de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
La mayoría de los coches que
se fabrican en México no se quedan aquí sino que se exportan a más de 100
países. El 83% del total en 2013; 2.423.084 vehículos, para ser exactos. No en
vano, el país es el cuarto mayor exportador mundial. México cuenta con “una red
de acuerdos comerciales con más de 40 países, entre ellos Estados Unidos,
Canadá, Japón y la Unión Europea. Estos acuerdos nos permiten tener una entrada
preferencial que da ventaja a nuestros fabricantes y exportadores”, recuerda
Solís. Esta red cada vez es más extensa gracias a otros acuerdos como la recién
estrenada Alianza del Pacífico, que conforma junto a Colombia, Chile y Perú.
México es el octavo
productor mundial de automóviles y el cuarto exportador
Pero, a pesar de la
diversidad de países con los que México tiene acuerdos comerciales - desde
Bolivia a Japón-, su principal mercado es Estados Unidos, donde se exporta seis
de cada diez coches que fabrica. La cifra de los 1.646.950 coches que envió a EE
UU durante 2013 es casi un 10% mayor que el año anterior y muy cerca de la
cifra de autos japoneses.
Este intercambio comercial
es una fuente de divisas para México. La balanza comercial del sector batió un
récord histórico en 2013 con un superátiv de 38.774 millones de dólares. Y los
ingresos por las exportaciones de coches son casi el doble de los que se
consiguen con la exportación de petróleo. Además, mientras que las
exportaciones de autos crecieron un 20% en 2013, las de crudo descendieron un
8,5% respecto al año anterior.
Si el Tratado de Libre
Comercio ha sido un ganar-ganar para todos, las previsiones de AMIA son un
crecer-crecer del sector. Sus pronósticos dicen que, en cuatro años, el número
de vehículos fabricados en México llegará a los cuatro millones, en buena parte
gracias a las nuevas fábricas que se están estableciendo en el país. En el
último mes se ha inaugurado la planta de Honda en la localidad de Celaya
(Guanajuato) - que producirá cerca de 200.000 unidades al año - y la primera de
Mazda, con una inversión de 770 millones de dólares. Dos empresas japonesas que
fabricarán coches ‘Made in México’.
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