El 24 de febrero de 2009, presenté ante esta Soberanía un Punto de Acuerdo para solicitar se envíe un exhorto al Rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) para que se abstenga de utilizar recursos públicos en la promoción de su imagen personal como lo establece el artículo 134 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Este exhorto respondía a un peligroso manejo patrimonialista por parte del rector, el cual confunde al titular de una institución con la totalidad de la misma Ahora, nuevamente, se pone a disposición del titular de la rectoría universitaria los recursos institucionales de la universidad, esta vez para enfrentar una acusación efectuada a nivel personal.
A lo largo de su periodo al frente de la BUAP, el actual rector ha utilizado los recursos institucionales para generar una percepción social alrededor de su persona con el fin de crear una percepción de fortaleza política ajena al ámbito universitario, y, en el último de los casos, en un afán narcisista que busca identificar los logros de una institución con la exclusiva acción de su persona. Si esto ya es grave, como consecuencia de sus devaneos con la clase política –evidentes en sus festejos de cumpleaños y en su compadrazgo con Mario Marín- ahora el ciudadano Enrique Agüera Ibáñez es sujeto a un profundo escrutinio mediático al que busca responder, no como ciudadano a través de una adecuada defensa jurídica pagada con sus recursos propios, sino utilizando todo el aparato de la institución -a través de desplegados en medios nacionales, de promocionales en medio masivos, reuniones y manifestaciones de opinión convocadas desde el cargo que ostenta con todos los actores universitarios- siendo particularmente grave que instruya a la Abogada General de la Universidad para que proceda a su defensa.
Nuevamente señalo: la Universidad está más allá del titular de rectoría y los señalamientos que se le hagan a título personal. Cualquier uso de la universidad para la promoción o defensa del rector fuera de sus atribuciones institucionales es un acto de patrimonialismo que se debe evitar y que viola lo establecido en el artículo 134.
Respecto al problema que desata esta polémica, cabe recordar que en días pasados se exhibieron dos reportajes televisivos en el programa “Punto de Partida” conducido por la periodista Denise Maerker, donde se hacen señalamientos muy concretos contra el ciudadano Enrique Agüera Ibáñez en un canal de televisión nacional. Dichos señalamientos me obligan como legislador a solicitar una explicación de la información ahí vertida, esperando que la misma parta del interesado y no a través del aparato universitario. Los poblanos la merecemos.
Cabe recordar que en los últimos 20 años las autoridades universitarias que dirigen la BUAP se han vinculado cada vez más estrechamente con los titulares del ejecutivo y han convertido posiciones universitarias en trampolines para acceder al poder político o a la administración pública, subordinando los intereses de la universidad a los del Partido Revolucionario Institucional (PRI), beneficiándose así con prebendas políticas y quebrantado el espíritu de autonomía por la que tanto lucharon brillantes universitarios del estado.
La máxima casa de estudios de Puebla debe quedar al margen de proyectos políticos personales y recuperar el espíritu crítico y plural que siempre la caracterizó en momentos difíciles para la sociedad poblana. Igualmente debe exigirse a sus autoridades se manejen con la probidad necesaria para que negocios y alianzas políticas cuestionables no afecten la verdadera institucionalidad universitaria, aquella que se finca en el trabajo cotidiano de docentes, estudiantes e investigadores.
También es un hecho que a partir de la derrota inesperada del PRI en las pasadas elecciones del 4 de julio, se afectó el proyecto político de la cúpula universitaria, lo cual traerá efectos en muchos sentidos, uno de ellos es el posible éxodo de ciertos funcionarios –municipales y estatales- hacia la universidad pudiendo convertirse esta en refugio de desempleados políticos. El actual conflicto no es de carácter universitario, es una vendetta contra el ciudadano Enrique Agüera Ibáñez por haber tomado una posición en las pasadas elecciones, pero en lugar de enfrentar como individuo las consecuencias de sus actos coloca a la universidad como rehén. En tanto continué la descomposición del Revolucionario Institucional y se busque convertir a todo el sector público en botín y bastión de los perdedores de la elección, toda la vida institucional del estado estará comprometida, desde el futbol hasta la educación superior.
Cuetlaxcoapan, H. Puebla de Zaragoza, viernes 10 de septiembre de 2010
Dip. José Manuel Benigno Pérez Vega y/o Pepe Momoxpan
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