STATUS PUEBLA
El eterno tema…la caída del
sistema
Por: Valentín Varillas
En política, hay hechos que
etiquetan a personajes por el resto de sus vidas.
Más allá del esfuerzo
declarativo o mediático que pudieran ensayar para intentar desmarcarse de temas
polémicos que marcaron su trayectoria política, tarde o temprano, con la precisión
de un cirujano, aparecen en la peor de las coyunturas para sus intereses
particulares.
Es el caso de Manuel
Bartlett y la tristemente célebre caída del sistema.
Esa que le arrebató en 1988
un triunfo electoral a la izquierda mexicana que hoy dice dignamente
representar.
Esa que hace pocas semanas,
en un desayuno, me negó por enésima vez.
Para mala suerte del ex
gobernador poblano, en estos tiempos, apostar por la desmemoria, por la amnesia
colectiva, no parece ser una estrategia electoralmente rentable.
La “modernidad”, pone a
disposición de los votantes una serie de herramientas tecnológicas que se
convierten en una cura muy eficaz ante el Alzheimer colectivo que pretenden
inocular a los ciudadanos quienes hoy piden el voto.
Tampoco le ayudará a
Bartlett la reciente aparición del libro “Salinas en Proceso”, una coedición de
la propia revista y de la editorial Grijalbo, un compendió de artículos
publicados en los últimos 24 años en este semanario y que tienen que ver
directamente con el ex presidente.
Ahí se puede leer, como si
hubiera sido ayer, todas las artimañas que se ensayaron desde la Comisión
Federal Electoral, dirigida por el entonces Secretario de Gobernación de Miguel
de la Madrid, Manuel Bartlett, con la abierta complicidad de la mayoría
priista, encabezada por el ex gobernador poblano, Guillermo Jiménez Morales,
para imponer a Salinas como presidente.
En este contexto, resultan
imprescindibles los textos de Elías Chávez “Cuando el sistema se cayó”,
publicado el 10 de junio de 1988 y “Presidente electo, a la de a fuerzas”,
firmado por los reporteros Carlos Acosta, Pascal Beltrán del Río, Homero Campa,
Elías Chávez, Gerardo Galarza, Óscar Hinojosa, María Esther Ibarra y Fernando
Ortega, publicado el 11 de septiembre del mismo año.
Ahí encontrará usted cientos
de elementos contundentes que refutarán el argumento del hoy candidato al
Senado de que no sesgó el conteo de votos
favor del abanderado priista.
Sin embargo, lo más valioso
de este libro, lo que es una auténtica joya, es el texto en donde Elías Chávez
narra los pormenores de la toma de posesión de Carlos Salinas como titular del
ejecutivo federal.
Ahí, existe un
reconocimiento explícito del ya presidente de que su triunfo en las urnas se
dio en condiciones de dudosa legalidad y, sin nombrarlo, culpa a Manuel
Bartlett, ya nombrado Secretario de Educación Pública del nuevo gobierno, de lo
anterior.
Este fragmento del discurso
del discurso de Salinas no deja lugar a dudas:
“El nuevo código federal
tiene partes que significan auténticos avances y otros que han dejado
insatisfechos a todos los partidos, incluido el PRI. Además, tácticas
preelectorales de algunos opositores y algunas deficiencias en el mecanismo
oficial de información, no explicadas a tiempo por la autoridad competente,
contribuyeron a dejar dudas en algunos grupos sobre el resultado de la
elección; en esto se montó el engaño que hoy enarbolan algunos opositores y que
han aprovechado para levantar una bandera de reivindicación y justificación
personal y como táctica de negociación política”.
Más allá de la cita textual
del discurso salinista, el reportero Elías Chávez remata:
“Y Bartlett escuchaba,
imperturbable, no obstante haber sido él la “autoridad competente” que no
explicó a tiempo -según Salinas- las “deficiencias en el mecanismo oficial de
información” sobre los resultados electorales. Y todo el mundo recordaba cuando
“el sistema se calló””.
¿Ahora entiende por qué
Bartlett, desde ese momento, odia a Salinas como a pocos?
latempestad@statuspuebla.com.mx
Twitter: @ValeVarillas
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