lunes, 9 de abril de 2012


STATUS PUEBLA

El eterno tema…la caída del sistema


Por: Valentín Varillas

En política, hay hechos que etiquetan a personajes por el resto de sus vidas.
Más allá del esfuerzo declarativo o mediático que pudieran ensayar para intentar desmarcarse de temas polémicos que marcaron su trayectoria política, tarde o temprano, con la precisión de un cirujano, aparecen en la peor de las coyunturas para sus intereses particulares.
Es el caso de Manuel Bartlett y la tristemente célebre caída del sistema.
Esa que le arrebató en 1988 un triunfo electoral a la izquierda mexicana que hoy dice dignamente representar.
Esa que hace pocas semanas, en un desayuno, me negó por enésima vez.
Para mala suerte del ex gobernador poblano, en estos tiempos, apostar por la desmemoria, por la amnesia colectiva, no parece ser una estrategia electoralmente rentable.
La “modernidad”, pone a disposición de los votantes una serie de herramientas tecnológicas que se convierten en una cura muy eficaz ante el Alzheimer colectivo que pretenden inocular a los ciudadanos quienes hoy piden el voto.
Tampoco le ayudará a Bartlett la reciente aparición del libro “Salinas en Proceso”, una coedición de la propia revista y de la editorial Grijalbo, un compendió de artículos publicados en los últimos 24 años en este semanario y que tienen que ver directamente con el ex presidente.
Ahí se puede leer, como si hubiera sido ayer, todas las artimañas que se ensayaron desde la Comisión Federal Electoral, dirigida por el entonces Secretario de Gobernación de Miguel de la Madrid, Manuel Bartlett, con la abierta complicidad de la mayoría priista, encabezada por el ex gobernador poblano, Guillermo Jiménez Morales, para imponer  a Salinas como presidente.
En este contexto, resultan imprescindibles los textos de Elías Chávez “Cuando el sistema se cayó”, publicado el 10 de junio de 1988 y “Presidente electo, a la de a fuerzas”, firmado por los reporteros Carlos Acosta, Pascal Beltrán del Río, Homero Campa, Elías Chávez, Gerardo Galarza, Óscar Hinojosa, María Esther Ibarra y Fernando Ortega, publicado el 11 de septiembre del mismo año.
Ahí encontrará usted cientos de elementos contundentes que refutarán el argumento del hoy candidato al Senado de que no sesgó el conteo de votos  favor del abanderado priista.
Sin embargo, lo más valioso de este libro, lo que es una auténtica joya, es el texto en donde Elías Chávez narra los pormenores de la toma de posesión de Carlos Salinas como titular del ejecutivo federal.

Ahí, existe un reconocimiento explícito del ya presidente de que su triunfo en las urnas se dio en condiciones de dudosa legalidad y, sin nombrarlo, culpa a Manuel Bartlett, ya nombrado Secretario de Educación Pública del nuevo gobierno, de lo anterior.
Este fragmento del discurso del discurso de Salinas no deja lugar a dudas:
“El nuevo código federal tiene partes que significan auténticos avances y otros que han dejado insatisfechos a todos los partidos, incluido el PRI. Además, tácticas preelectorales de algunos opositores y algunas deficiencias en el mecanismo oficial de información, no explicadas a tiempo por la autoridad competente, contribuyeron a dejar dudas en algunos grupos sobre el resultado de la elección; en esto se montó el engaño que hoy enarbolan algunos opositores y que han aprovechado para levantar una bandera de reivindicación y justificación personal y como táctica de negociación política”.
Más allá de la cita textual del discurso salinista, el reportero Elías Chávez remata:
“Y Bartlett escuchaba, imperturbable, no obstante haber sido él la “autoridad competente” que no explicó a tiempo -según Salinas- las “deficiencias en el mecanismo oficial de información” sobre los resultados electorales. Y todo el mundo recordaba cuando “el sistema se calló””.
¿Ahora entiende por qué Bartlett, desde ese momento, odia a Salinas como a pocos?
latempestad@statuspuebla.com.mx
Twitter: @ValeVarillas

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