domingo, 24 de agosto de 2008

DEL MAESTRO MIGUEL ANGEL GRANADOS CHAPA



Diario Reforma

PLAZA PÚBLICA

29 de julio de 2008


Cajón de Sastre

Agentes policiacos del municipio poblano de Tlacotepec de Porfirio Díaz tundieron al diputado local José Manuel Benigno Pérez Vega y a dos acompañantes, sin motivo aparente. Ante la inminencia de que el legislador acuse de la agresión al gobierno estatal, el procurador de Justicia designó de inmediato un fiscal especial para el caso. El diputado se hace llamar Pepe Momoxpan, en alusión a un conflicto que en ese lugar lo enfrentó con el gobernador Mariano Piña Olaya, que expropió terrenos de donde saldrían negocios inmobiliarios. Independiente, aunque llegó postulado por el PT, Pepe Momoxpan exhibió el 16 julio en el Congreso la incriminación oficial contra Rubén Gil, detenido en Nueva York y todavía alcalde con licencia de Izúcar de Matamoros, por la protección del góber precioso.



1 de agosto de 2008

Puebla: un diputado incómodo
Por Miguel Ángel Granados Chapa

Llegado por azares de la amistad y la política a la legislatura poblana, por el PT, Pepe Momoxpan fue víctima de una feroz agresión sólo porque quiere ejercer sus responsabilidades

El alcalde de Tlacotepec de Porfirio Díaz, Esteban Gorgonio Merino Mendoza, toma muy a pecho el apellido de ese municipio y actúa como si viviéramos el comienzo del siglo pasado, en pleno autoritarismo porfirista. Desdeña el gobierno colegiado y no cita al cabildo, cuyas decisiones toma él a solas, aunque demanda de regidores y síndicos que simplemente firmen actas de sesiones que no se realizaron o a las que no fueron convocados. También de manera unilateral y con faccioso criterio político otorga o suspende la provisión de servicios municipales según los destinatarios le sean o no adictos.

Para tomar nota directa de esa conducta, el domingo pasado llegó a aquel remoto municipio el diputado José Manuel Benigno Pérez Vega, acompañado por el dirigente del Comité del Pueblo Unido Rafael García Salas y su asesor Hervey Rivera González. Viajaban a bordo de una camioneta tripulada por el legislador, que se ufana de ser buen chofer (ha participado en competencias deportivas), y se percataron de que a la entrada de la cabecera municipal había dos comités de recepción. Uno estaba formado por el regidor perredista marginado por el alcalde de sus funciones en el ayuntamiento, y pobladores que han resentido el mal gobierno de Esteban Gorgonio y reclamaban por eso la presencia de Pérez Vega. El otro lo integraban agentes policiacos, empleados de la alcaldía y Antonio Merino, hijo del presidente municipal.
Este segundo comité atacó al primero, para disuadir al visitante de quedarse allí. En nombre de la prudencia, y para no agravar la situación de los habitantes del lugar, que por residir allí quedan expuestos al autoritarismo del edil, el diputado Pérez Vega decidió retirarse. Fue entonces perseguido por la policía local, que finalmente le dio alcance ya en el territorio del municipio vecino, San Miguel Eloxochitlán. El diputado y sus acompañantes fueron golpeados rotundamente. El miércoles que conversé con él tenía el rostro magullado, con hematomas causados por culatazos de armas que después sirvieron para aplicarles una suerte de ley fuga, pues fueron en apariencia dejados en libertad y luego se les lanzó una andanada de la que pudieron salvarse gracias a los matorrales crecidos a la vera del camino. Un camino, por cierto, trágico, pues no lejos de donde fue atacado el legislador un cerro se desgajó y aplastó a 32 personas en julio del año pasado.

Como pudieron, pues se les obligó a abandonar su vehículo, los agredidos llegaron a Tehuacán a la medianoche del domingo, y al día siguiente denunciaron los hechos. Con prontitud inesperada, la Procuraduría del estado designó un fiscal especial que solicitó la aprehensión de los agentes policiacos identificados por muchos testigos, pero no la del hijo del alcalde que había dirigido la agresión. Notoriamente el gobernador Mario Marín quiere distanciarse del ataque y hacer pagar al munícipe, para evitar que el diputado inserte el suceso que lo puso en grave peligro en la cadena de arbitrariedades del gobierno del estado que el legislador denuncia y combate.

Pérez Vega, más conocido como Pepe Momoxpan, es un caso singular y al mismo tiempo natural en un sistema político en que los gobernadores ejercen todavía poder sobre los Congresos locales. De haber seguido su destino prefigurado, Momoxpan sería hoy un empresario o un ejecutivo, pues se preparó para ese efecto en la Universidad de las Américas, la UDLA, en cuyo plantel de Cholula entró en comunicación con los pobladores de los alrededores, incluido el Momoxpan que utiliza hoy como su nombre de guerra, su seudónimo político. La coyuntura la ofreció en los años ochenta una expropiación de tierras ordenada por el gobernador Mariano Piña Olaya que afectó intereses de campesinos con los que Pérez Vega se solidarizó. De ese modo inició un trayecto de gestor social, de acompañante y dirigente de sectores agraviados por la rudeza gubernamental.

Su amigo de la infancia Gabriel Hinojosa fue presentado en 1995 como candidato ciudadano y con el apoyo del PAN resultó elegido presidente municipal de Puebla, el primero que no provenía del PRI. Pérez Vega participó brevemente en su gobierno y luego lo asesoró en sus relaciones con los grupos populares, los de la economía informal con los que Pepe Momoxpan se había relacionado. Finalmente Hinojosa rompió con el PAN debido a la creciente influencia del Yunque, y tiempo más tarde formó su propio grupo político en que lo acompaña su amigo Pérez Vega.

Con base en ese grupo Hinojosa buscó el año pasado volver a gobernar el municipio capitalino. Había esbozado una alianza con Alternativa para ser su candidato y lo fue finalmente del Partido del Trabajo, en una negociación que incluyó la candidatura de Momoxpan como primero en la lista plurinominal. Así fue Pérez Vega elegido diputado, en ejercicio desde el comienzo de este año, lapso en el que ya ganó reputación de diputado incómodo.

Es que, carente de nexo real con el partido que lo postuló, no está sujeto a los convencionalismos legislativos. Su independencia le permite asomarse y participar en la más amplia variedad de asuntos en sentido contrario a la inercia parlamentaria local. A mediados de julio, por ejemplo, denunció la aberración en que incurre el ayuntamiento de Izúcar de Matamoros, con el apoyo del gobernador, al mantener como alcalde a Rubén Gil, que no ejerce su cargo hace ya meses por causas ajenas a su voluntad, está preso en Nueva York bajo cargos de narcotráfico.

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