POSICIONAMIENTO A LOS CUARENTA AÑOS DE LOS SUCESOS DEL 2 DE OCTUBRE DE 1968.
El movimiento estudiantil de 1968 inició un lento pero continuo proceso de transformación democrática del país. Desde las relaciones familiares hasta el surgimiento de una nueva postura crítica frente al poder, la contribución de los estudiantes de 1968, tanto como la de maestros, campesinos, médicos y ferrocarrileros, que le antecedieron y acompañaron, son invaluables para la modernización cívica y democrática de la nación.
Sin embargo, en una actitud que todavía hoy impide el pleno ejercicio de las libertades y derechos de los mexicanos, el Estado en su conjunto reaccionó con cerrazón y ceguera estratégica frente al cambio insoslayable. Desde el Estado se instrumentó una política continua de represión, impunidad, desinformación y atropello de los derechos civiles y humanos, de aquellos que buscaron ejercerlos. A esto se suma la continua defraudación de las expectativas económicas de las mayorías, antes agudizada que resuelta en estos últimos años.
Hoy, ante el cuarenta aniversario del despertar cívico y democrático del país, justo contraste de la ceguera e imprudencia homicida –por decir lo menos- del Estado mexicano, esta soberanía debe pronunciarse porque las autoridades de todos los niveles de gobierno se comprometan al irrestricto respeto al régimen de libertades civiles y derechos humanos, evitando tanto su degradación ante la continua violencia, corrupción e impunidad, como su cancelación en los hechos al privilegiarse salidas policíaco represivas frente al necesario desarrollo democrático del país.
En el caso concreto del estado de Puebla, la propuesta del cambio de nombre del bulevar Gustavo Díaz Ordaz que un grupo de ciudadanos y regidores del municipio ha propuesto y que he respaldado con un Punto de Acuerdo, representaría una reconciliación histórica de aquel trágico suceso.
Cuetlaxcoapan, Puebla de Zaragoza 1 de octubre de 2008
Diputado Pepe Momoxpan
El movimiento estudiantil de 1968 inició un lento pero continuo proceso de transformación democrática del país. Desde las relaciones familiares hasta el surgimiento de una nueva postura crítica frente al poder, la contribución de los estudiantes de 1968, tanto como la de maestros, campesinos, médicos y ferrocarrileros, que le antecedieron y acompañaron, son invaluables para la modernización cívica y democrática de la nación.
Sin embargo, en una actitud que todavía hoy impide el pleno ejercicio de las libertades y derechos de los mexicanos, el Estado en su conjunto reaccionó con cerrazón y ceguera estratégica frente al cambio insoslayable. Desde el Estado se instrumentó una política continua de represión, impunidad, desinformación y atropello de los derechos civiles y humanos, de aquellos que buscaron ejercerlos. A esto se suma la continua defraudación de las expectativas económicas de las mayorías, antes agudizada que resuelta en estos últimos años.
Hoy, ante el cuarenta aniversario del despertar cívico y democrático del país, justo contraste de la ceguera e imprudencia homicida –por decir lo menos- del Estado mexicano, esta soberanía debe pronunciarse porque las autoridades de todos los niveles de gobierno se comprometan al irrestricto respeto al régimen de libertades civiles y derechos humanos, evitando tanto su degradación ante la continua violencia, corrupción e impunidad, como su cancelación en los hechos al privilegiarse salidas policíaco represivas frente al necesario desarrollo democrático del país.
En el caso concreto del estado de Puebla, la propuesta del cambio de nombre del bulevar Gustavo Díaz Ordaz que un grupo de ciudadanos y regidores del municipio ha propuesto y que he respaldado con un Punto de Acuerdo, representaría una reconciliación histórica de aquel trágico suceso.
Cuetlaxcoapan, Puebla de Zaragoza 1 de octubre de 2008
Diputado Pepe Momoxpan
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