Alfonso
Yáñez Delgado
Plaza
de la democracia
Mientras
crecen, por un lado, el incontenible descontento social, contra las malas
disposiciones de las autoridades estatales, y por otro los rumores de que
algunas candidaturas de elección popular se han puesto en venta, el
chapulinismo, ideológico y partidista, lesiona los anhelos de democracia del
pueblo mexicano, en tanto los aspirantes a puestos de elección, carentes de
valores éticos, cambian su militancia cuando así les conviene.
A pocos días
de la renovación de los poderes municipales y legislativos, grandes segmentos
de la sociedad poblana, por diferentes caminos se vienen manifestando en contra
de las autoridades estatales, en especial en lo relativo al transporte urbano,
pero estas críticas no son escuchadas por las direcciones de los partidos políticos,
enfrascadas en negociaciones vergonzantes, con partidos, que en alguna ocasión
fueron sus oponentes.
En este
ambiente degradante, algunos precandidatos que no han sido arropados por sus
partidos, han expresado sus deseos de cambiar a otras organizaciones políticas
que los postulen a los cargos electorales. Por esto, se pueden ver antiguos
militantes adversos al PRI, ahora convertidos en candidatos de este partido, o
bien, militantes priistas como precandidatos de Acción Nacional. Bajo esta
práctica, exmilitantes del Partido Comunista, pertenecientes ahora al Partido
de la Revolución Democrática, procuran alianzas con el reaccionario partido
Acción Nacional.
Incapaces de
elaborar un proyecto político propio, encaminado al desarrollo del estado de
Puebla, los antiguos exmiembros del PC, junto con su grupo de seguidores, han
optado por políticas pragmáticas de arribar a los cargos públicos, ya sea en el
gobierno del estado, en regidurías o en el congreso, coludidos con la
oligarquía conservadora que maneja el yunque, los residuos del Frente
Universitario Anticomunista y del nuevo panismo que han olvidado su compromiso
con la sociedad.
Si vergonzoso
es cambiar del PRI al PAN o viceversa, más ignominiosa es la conducta de
aquéllos o aquéllas que militaron hace 40 años en el Partido Comunista y que
levantaban el brazo, jurando no un minuto de silencio, sino una vida de lucha,
aliándose con un gobierno que enarbola la alianza Compromiso por Puebla,
para no cumplir con el estado de derecho
que protestaron respetar.
Desde que la
corriente de los chuchos y bejaranistas se apoderaron del Partido de la
Revolución Democrática, se pudo observar que una parte de la dirección de esa
organización, con el pretexto de combatir el priismo, no perdió el tiempo para
sumarse al carro de la derecha, el de la intransigencia, del oportunismo, de
los negocios privados, con dineros públicos. Atrás ha quedado el análisis sobre
las condiciones que afronta la sociedad poblana, lo que padece como resultado
de las pésimas políticas públicas. El hambre y la miseria crecen en el estado
de Puebla y los otrora militantes de la izquierda, guardan silencio junto a la
derecha ensoberbecida en el poder estatal.
Triste es el
camino, pero se abre una luz de esperanza, el lopezobradorismo vive, subyace
como el pequeño río cuyo cauce débil y lento contribuye al ensanchamiento
social que reclama justicia y exige que los representantes de todos los
partidos políticos contengan los abusos gubernamentales y los propios. Respecto de lo anterior, recientemente,
Andrés Manuel expresó:
“Estamos
convencidos de que sin combatir la corrupción en las altas esferas
gubernamentales, no será efectiva ninguna estrategia de desarrollo ni de
seguridad. La colusión de funcionarios con negocios privados de toda índole en
perjuicio del país y la ausencia de valores éticos, han minado las bases de la
prosperidad y han producido la actual decadencia. Ante esta degradación,
nuestra ventaja es que contamos con la suficiente autoridad moral para convocar
a todos los mexicanos y juntos hacer de la honestidad y del recto proceder un
estilo de vida y una forma de gobierno.”
email:
yanez001@yahoo.com.mx
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