jueves, 24 de junio de 2010

Ocurso respecto al deceso de Carlos Monsiváis


H. Congreso del Estado Libre y Soberano de Puebla
Presidente de la Mesa Directiva
P r e s e n t e

Carlos Monsiváis Aceves quien se consideró antes que nada “un simple lector”, sorprende porque, además de ser merecedor, como diría Nicanor Parra, del Premio Nobel del Lectura, a través de dos herramientas como la inteligencia y la ironía, se convirtió en una de las voces críticas y narrativas más importantes de Hispanoamérica.
Parecía estar en todas partes, comentar sobre cualquier tema -en especial sobre literatura, cine, arte, política y cultura popular-, sin embargo siempre salían de su voz o de su pluma reflexiones de impresionante humor, frescura y profundidad. Testigo y desentrañador de nuestro tiempo, por lo general puso el dedo en la llaga de las heridas sociales con la más fina ironía y la más dramática, aunque a él le gustaría que dijéramos melodramática, puntería.
Tras su muerte este pasado sábado 19 de junio, la prensa publicó titulares tales como Monsiváis “conciencia de México”, “el cronista de México”, “la voz de la memoria popular” y hasta “disco duro del país”.
Para cualquier persona ajena a la obra del escritor, todo esto podría parecer una exageración o una aguda ironía, como las que precisamente abundaban en sus textos.  Es más, para las futuras generaciones que consulten los archivos hemerográficos, o incluso para las actuales, Monsiváis si acaso fue un hombre de pelo distraído y amante de los gatos, alguna vez lo vieron en la televisión, las referencias a él y a su trayectoria, podrán generar quizás sólo dudas escépticas.
Fue un pensador identificado plenamente con “la izquierda atea”, no obstante que nació en una familia protestante y recitaba de memoria fragmentos de la Biblia; liberal, abiertamente homosexual y defensor indiscutible de los derechos de los y las miembros de la comunidad Lésbico, gay, bisexual, travesti, transexual, transgénero e intersexual.
La congruencia siempre fue un activo con el que se le percibió. Crítico incluso de las posiciones de izquierda, que le dieron la gran credibilidad de la que gozaba en círculos políticos, sociales e intelectuales.
Por su sencillez, viajaba en transporte público y vivía en una modesta casa de la colonia Portales del Distrito Federal, en lo que parecía hasta una provocación de austeridad.
Quizás, paradójicamente, quien mejor describió para las nuevas generaciones, fue la propia Presidencia de la República, que desde su filiación de derecha política supo reconocer sinceramente su valor: “…fue poseedor de una pluma y de una inteligencia excepcionales. Su obra literaria y periodística es referencia fundamental para comprender la riqueza y diversidad cultural de México”.
Fue cronista y testigo de su época. Las crónicas, ensayos, artículos y el pensamiento de este entrañable mexicano fueron claves para comprender al país y nuestro tiempo. Los mexicanos extrañaremos su visión crítica, reflexiva e independiente.
Es en este sentido, haciendo mías las palabras de su pareja sentimental Omar García Cervantes,  afirmo que “cuando un escritor muere empieza a vivir en todos sus textos, el mejor homenaje a Carlos Monsiváis será siempre leerlo”. Por todo lo anterior solicito un minuto de silencio en memoria del mexicano eminentísimo.                     

Cuetlaxcoapan, H. Puebla de Zaragoza a 23 de junio de 2010

Dip. José Manuel Benigno Pérez Vega y/o Pepe Momoxpan

No hay comentarios: